Emerita. Revista de Lingüística y Filología Clásica 92 (1)
ISSN-L: 0013-6662, eISSN: 1988-8384
https://doi.org/10.3989/emerita.2024.1322

Reseña de / Review of: Cockburn, Olivia C., Los verbos latinos en -izare (-issare, -idiare ). Adaptación, uso y desarrollo del morfema griego -ίζειν en el latín antiguo, Madrid: Ediciones Clásicas, 2021, 236 pp.

 
CONTENIDO

El trabajo de Olivia C. Cockburn pone el foco en el estudio de las variantes latinas -izare, -issare e -idiare del sufijo verbal griego -ίζειν. En concreto, se propone identificar y analizar los verbos latinos que documentan este sufijo en un arco temporal que abarca desde el siglo III a. C. hasta el siglo VI d. C.

El estudio llevado a cabo por la autora se centra tanto en apreciaciones sociolingüísticas en torno al uso del sufijo como en los tipos de textos en los que aparece y en el valor semántico que adquiere en cada verbo. Para ello, de forma particular, sigue los planteamientos de lexemática latina de García-Hernández (1980García-Hernández, B. (1980) Semántica estructural y lexemática del verbo, Reus: Avesta.), utiliza la clasificación de Mignot (1969Mignot, X. (1969) Les verbes dénominatifs latins, Paris: C. Klincksieck.) sobre los tipos de derivación y toma en consideración las estructuras paradigmáticas secundarias definidas por Coseriu (1977Coseriu, E. (1977) Principios de semántica estructural, Madrid: Gredos.) para el análisis de los procedimientos morfológicos.

En el capítulo I se definen los principios teóricos y metodológicos que le permitirán al lector familiarizarse con la estructura del libro y comprender el tipo de información que se va a aportar sobre los verbos objeto de estudio (pp. 19-46). A partir de aquí, se presentan los cinco capítulos que constituyen el núcleo de la investigación (II-VI) y que atienden a una distribución de estos verbos de acuerdo con el periodo en el que se documentan: latín arcaico (pp. 47-80), clásico (pp. 81-94), del alto imperio (pp. 95-108), del bajo imperio (pp. 109-148) y tardío (pp. 149-190).

Estos capítulos centrales tienen una estructura similar. Así pues, cada uno se abre con una introducción en la que se ofrece una panorámica tanto de la realidad lingüística de la época abordada como del desarrollo del sufijo en dicha etapa. A continuación, se presenta una sección en la que se da cuenta de los autores que documentan los testimonios y, al hilo de esta información, se comentan los ámbitos de uso del sufijo. En último lugar, se explica la utilización diferenciada de las tres grafías (-izare, -issare e -idiare).

Después de estas secciones introductorias —que, en ocasiones, resultan un tanto repetitivas—, se relacionan, en forma de apartados independientes y organizados por orden alfabético, los verbos adscritos a cada periodo. En términos generales, se analizan los siguientes aspectos: (i) base de derivación del verbo (nombre, adjetivo, verbo, etc.); (ii) procedencia de la base, lo que implica establecer si se trata de un préstamo con equivalente griego, de un hiperhelenismo (verbos creados en latín a partir de una base griega) o de una creación propiamente latina; (iii) tipo de proceso morfológico implicado, lo que conlleva determinar si el verbo es producto de una modificación (es decir, si es de la misma categoría gramatical que su base) o de un desarrollo (si es de una categoría diferente); (iv) valor semántico –por lo general de tipo aspectual– que aporta el sufijo al verbo (resultativo o no-resultativo; causativo o no causativo; tensivo; entre otros); (v) clase semántica del verbo (transitivo o intransitivo; dinámico o estático; factivo o fientivo; imitativo; instrumental; etc.); y, por último, (vi) nivel de la lengua en la que se emplea. Además de estas cuestiones, se consigna el significado del verbo y, en ciertos casos, se trae a colación algún pasaje que ilustra su uso.

Cada uno de estos cinco capítulos se cierra, por una parte, con una sección donde se recapitulan las características y valores semánticos que manifiestan los verbos en el respectivo periodo y, por otra, con un pequeño apartado de resumen —de nuevo, quizá, algo redundante—.

Finalmente, en el capítulo VII se presentan los resultados generales del estudio (pp. 191-212). Específicamente, se recopilan las principales conclusiones en torno al uso sociolingüístico de las variantes gráficas del sufijo en los diferentes periodos, las bases de derivación de los verbos, el desarrollo semántico del sufijo y, de manera más tangencial, la presencia de otros sufijos concurrentes (como -scere, -icare o -ficare). Toda esta información se sistematiza —para ayuda del lector— en una tabla que recoge los datos más relevantes de los verbos examinados.

A modo de complemento, en el capítulo VIII (pp. 213-216), se facilita una lista en la que se relacionan algunos verbos en -izare con sinónimos y verbos de la misma familia léxica presentes en los textos abordados; según señala la propia autora, este listado (aunque no es exhaustivo) podría ser el punto de partida de un estudio sobre el campo léxico de cada verbo. Para concluir, el libro se cierra con la bibliografía (capítulo IX, pp. 217-236).

Como sugiere la anterior descripción, esta monografía ofrece una visión bastante completa y bien documentada del proceso de adaptación, uso y desarrollo del morfema griego -ίζειν en latín antiguo y, desde esta perspectiva, llega para cubrir un hueco bibliográfico. No solo propone una interpretación convincente de los altibajos que presentan en diacronía los testimonios latinos que documentan el sufijo, sino que también supone un avance en la explicación del posterior éxito de este en algunas lenguas emparentadas con el latín.

Sin embargo, pese a la rigurosidad en el tratamiento de los datos relativos al grupo de derivación y a la periodización de los verbos, el análisis semántico de las bases y el examen de los valores que aporta el sufijo no siempre se lleva a cabo de una forma sistemática o con unas categorías precisas. Así lo demuestra el hecho de que, por ejemplo, en la tabla que presenta el inventario de los verbos en -izare, específicamente en la columna «Base», se consignen valores como adjetivo, imitativa, instrumento, lugar, verbo, celebración, verbo docendi, etc., que no atienden a criterios claramente semánticos (cf. la pertinencia de los valores adjetivo y verbo en el grupo listado) y cuyo repertorio cerrado no se describe con exactitud en la introducción. Aunque esto no merma la validez de las conclusiones generales alcanzadas, sí hace un poco más difícil compartir el análisis que se propone de ciertas formaciones, ya que, sin una lectura completa del libro, puede pensarse que, algunas veces, se utilizan categorías o explicaciones ad hoc.

Por otra parte, dada la configuración misma de los capítulos centrales, en los que —como se ha indicado— cada verbo constituye un apartado independiente, una de las ventajas que conlleva esta monografía consiste en que puede funcionar también como una herramienta de consulta. En este sentido, el estudio que se hace de algunos verbos sugiere matizar o reconsiderar la información que aportan los diccionarios sobre el origen de estos en distintas lenguas romances, contribución que —por cierto— no resulta nada baladí.

En definitiva, este libro nos invita a revisitar con detalle los testimonios que dan cuenta de la entrada en la lengua latina del morfema griego -ίζειν, en el marco general de las relaciones que se dieron entre ambas lenguas; y, además, allana el camino para nuevas investigaciones sobre la continuidad y trascendencia de este en otras lenguas afines. Sean bienvenidos los trabajos que como el de Olivia C. Cockburn revitalizan el campo —en ocasiones tan olvidado— de la morfología latina.

Bibliografía

 

1 

Coseriu, E. (1977) Principios de semántica estructural, Madrid: Gredos.

2 

García-Hernández, B. (1980) Semántica estructural y lexemática del verbo, Reus: Avesta.

3 

Mignot, X. (1969) Les verbes dénominatifs latins, Paris: C. Klincksieck.